El
proceso de envejecimiento del hámster suele pasar bastante
desapercibido y es muy rápido si lo comparamos, por ejemplo, con el de
los perros o los gatos.
Pero
si te fijas bien en tu animalito, seguro que los sintomas no te pasaran
por alto. Mientras que antes siempre salia de su casita al anochecer
para limpiarse a fondo y recorrer toda la jaula, ahora lo hace todo muy
despacio. Parece que este siempre adormilado.
La
rueda de correr apenas le interesa y cada vez acumula menos comida como
si supiese que pronto ya no la va a necesitar. Sus movimientos son
torpes e inseguros. Empieza a adelgazar y le cuelga la piel del vientre.
Su cabeza, que antes era redondeada, adquiere una forma mas puntiaguda.
Su pelaje, que antes era liso y lustroso, ahora parece sucio y
desaseado porque ya no tiene fuerzas para cuidarlo.